El cerebro positrónico de Asimov

Ponencia presentada en el Primer Coloquio La Tecnociencia en la Cultura. Inteligencia Artificial, biotecnología y cyborgs. Realizado del 17 al 20 de octubre de 2016 en la UNAM, CDMX:

No existen muchos autores que dentro de la ciencia ficción clásica tengan influencia o sean un puente entre el mundo irreal y el desarrollo tecnocientífico. Isaac Asimov es uno de esos autores que han aportado desde la literatura al desarrollo de la Inteligencia Artificial, con sus tres leyes de la robótica. Pero no sólo eso, pues tiene más que aportar, no sólo para el desarrollo de la IA, sino que para la reflexión y para la definición o descripción entre el animal humano y la máquina humana. En varios de sus textos podemos encontrar al ser maquínico que posee un cerebro positrónico.
Ahora bien, una de las cualidades que presentan los personajes con dicho cerebro es que son capaces de poder actuar como el animal humano, no sólo desde la racionalidad, sino que también desde la creación de vínculos emocionales o identidades entre el ser artificial y el orgánico. Las capacidades de uno y del otro en cuando al aprendizaje, representación de lo que sabe , uso del lenguaje natural; es decir, que lo que se produce y crea en el cerebro del animal humano, pueda replicarse en el cerebro maquínico gracias a los estudios de las ciencias cognitivas. ¿cómo se piensa? ¿qué es el conocimiento? ¿es posible que se posea conciencia en las máquinas? ¿cómo se realizan las conexiones neuronales y qué es necesario para soportar en hardware todo lo que el cerebro humano es capaz de hacer? ¿la inteligencia es exclusiva de los seres biológicos?.

Antimateria ¿es posible un cerebro positrónico?

Era la década de 1920 y dentro del mundo de la física seguían interesados en el estudio del átomo. Electrones, neutrones y protones, elementos o componentes base de toda la materia existente en el universo. O por lo menos componentes del 5% de la materia conocida hasta ahora, el otro 95% es materia obscura. Era el año de 1928 cuando Paul Dirac predice la existencia de antimateria dentro de los átomos. El positrón es la antipartícula del electrón, misma masa pero con carga positiva. Pero es hasta la década de los 30 cuando el físico Carl David Anderson descubre el positrón gracias a su investigación sobre fotoelectrones de la radiación cósmica. Dentro de su investigación realizó capturas sobre los rayos cósmicos y fue ahí donde descurbió que la antipartícula predicha por Dirac era real.
Asimov se reconoce por sus leyes de la robótica, pero poco se sabe que gracias a él, las palabras robótica y positrón se agregan al diccionario de la lengua inglesa. Ahora bien, a diferencia del cerebro del animal humano, la asamblea neuronal se lleva cabo por la interacción de los positrones dentro de un contenedor de iridio y platino, el cual sería el equivalente al cerebro. Mientras que el iridio y el platino son materia, el positrón es una antipartícula. La antimateria y la materia al entrar el contacto producirían una enorme cantidad de energía que no sería capaz de controlarse, es decir, ambas se destruirían y crearían radiación gamma. A pesar de la imposibilidad de desarrollar y de controlar la enorme cantidad energética que el positrón es capaz de emitir, se ha hecho referencia en otras franquicias y relatos de la ciencia ficción, como: Star Trek, Doctor Who y Volver al Futuro II, por ejemplo.

La artificialidad de la inteligencia.

En la historia de la IA, se establecen 4 formas de definirla y establecer sus objetivos.

Piensan como el animal-humano

«El nuevo y exitante esfuerzo de hacer que los computadores piensen… máquinas con mentes, en el amplio sentido literal» (Haugeland, 1985).

«[La automatización de] actividades que vinculamos con procesos de pensamiento humano, actividades como la toma de decisiones, resolución de problemas, aprendizaje…» (Bellman, 1978).

Piensan racionalmente

«El estudio de las facultades mentales mediante el uso de modelos computacionales» (Charniak y McDermott, 1985).

«El estudio de los cálculos que hacen posible percibir, razonar y actuar» (Winston, 1992).

 Actúan como animales-humanos

«El estudio de como hacer computadoras que hagan cosas que, de momento, la gente hace mejor» (Rich y Knight, 1991).

«El arte de desarrollar máquinas con capacidad para realizar funciones que cuando son realizadas por personas requieren de inteligencia» (Kurzweil, 1990).

Actúan racionalmente

«La inteligencia computacional es el estudio del diseño de agentes inteligentes» (Poole, 1998).

«I.A…está relacionada con conductas inteligentes de artefactos» (Nilsson, 1998).

Se reconoce a Alan Turing como el padre de la Inteligencia artificial, pero, ¿ qué cosa es la inteligencia artificial?. Se dice que es una rama de las ciencias de la computación, pero antes de que Turing lanzara la propuesta de que las máquinas pueden pensar, existieron máquinas que podrían ser consideradas inteligentes, gracias al procesamiento y la velocidad resolutiva de problemas. El telar de Jaquard o la máquina analítica de Babbage. Aunque también existieron intentos de máquinas pensantes, como lo es El Turco, una máquina para jugar ajedrez que desarrolló Von Kempelem en el siglo XVIII, se trataba de un tablero que a base de un mecanismo de reloj podría jugar ajedrez con un animal humano. En realidad dentro de la maquina podría esconderse una persona para jugar ajedrez. Pero a partir de ahí se realizaron varios intentos para poder desarrollar varias máquinas similares. Deep Blue fue una máquina desarrollada por IBM específicamente para jugar ajedrez, en 1996 se enfrentó y venció a Kaspárov.

Si la inteligencia artificial trata de estudiar y crear máquinas resolutivas de problemas, que posean lenguaje (máquina-animalhumano) y que puedan aprender. Entonces, ¿acaso Google no es inteligente, nuestros teléfonos, las calculadoras, el autocorrector del procesador de textos, los autos, aviones, misiles, satélites, telescopios, cámaras fotográficas, ordenadores, consolas de videojuegos, televisiones, relojes, cleverbot, simsimi, el coche autónomo de Google, robot?.

Se dice que el actuar racionalmente es el ideal de la inteligencia, sobre el actuar de forma correcta en función al conocimiento. Las máquinas al estar en dependencia de la programación actúan y piensan racionalmente, su procesamiento de pensamiento lógico es en principio mayor. Pero esto no quiere decir que el animal-humano no lo haga y carezcan de capacidad racional/lógica; pero influyen en él otros factores; sociales, morales, emocionales, religiosos, etc.

Conciencia

Si bien, las máquinas logran actuar y pensar de forma racional mejor que el animal humano, no tienen, hasta ahora una capacidad de conciencia. Entonces, aún no pueden actuar y pensar meramente como animales humanos. Por más que realicen mejores trabajos y con más rapidez, por más que su apariencia externa de los actuales robots se acerque a la carne y se expresen emociones, los robots y la IA en genreal carecen de la conciencia.

Según Díaz la conciencia posee dos características: la existabilidad y la sensibilidad. La primera depende de los estímulos del medio y de ahí se expresa en acciones que se desencadenan a partir de la estimulación. Lo mismo ocurre con la sensibilidad, pues se mide a partir de los estímulos del exterior.

Las máquinas al igual que el cuerpo poseen sensores y medios de salida (output/conducta) y entrada (input/percepción) de la información. Dichos mecanismos de recepción de la información son clave para el procesamiento mismo de la estimulación. Así pues la conciencia no es independiente de la mente y no está fuera de las actividades cognitivas, pues la conciencia depende del sentir y del saber. A diferencia de las máquinas, que la conciencia se basa principalmente del saber y del razonamiento lógico; el sentir no existe aún para poder actuar, sentir e inferir sobre alguna situación.

Para Damasio, es importante que para el desarrollo de la conciencia se requiera de la asociación de las causas y efectos, por medio del sentir, notar, detectar y experimetnar afectivamente. Que cada acción y cada entrada de información tenga un sentido para el informávoro (sistema de procesamiento de información tanto orgánico como artificial). De tal forma que como afirma Dennett (1978) el ser con conciencia sea capaz de relexionar y predecir sobre el futuro, a partir de las creencias y deseos. La particularidad de la conciencia es ser capaz de detonar creaciones, imaginar y tener recuerdos.

Por medio de las creaciones y de las percepciones que dotan de sentido la conducta del humano es que se crea una conciencia del “Yo”. Cuando se crean las conexiones y percepciones del exterios con la propipcepción, la asamblea neuronal aumenta de tal forma que se fortalecen las conexiones sinápticas, no sólo por el desarrollo de habilidades cognitivas, sino también por las habilidades y las capacidades relacionales con el medio. Puesto que comienzan a desarrollarse procesos de generación y nuevas conexiones que no están determinadas ni por la genética o por la evolución cerebeal misma. Éste tipo de creación de nuevas conexiones o de desarrollo de circuitos no están siendo replicables por la inteligencia artificial. La máquina aún no logra aprender por sí misma, ni recordar, ni creer o desarrollar nuevas experiencias de aprendizaje sin que se le programe con anterioridad. La máquina carece de lo que Gazzaniga llamaría el “cerebro social”.

“Cogito, ergo sum” mencionó Descartes, no para decir que el pensamiento está por ahi, sino para decir que existe la substancia pensante, la que piensa, la cosa de la que emerge el pensamiento, la res-cognitas. Pero una subatancia casi inmovil, donde la identidad es permanente. Por el contrario, para Hume no existe una substancia inerte; existe, pues una serie de sucesión, una respuesta a la estimulación externa. La idea que le sigue al pensamiento, a la imaginación, al recuerdo.

Si replicamos el cuadro de las cuatro clasificaciones de definición de la Inteligencia artificial y les colocamos la parte de la conciencia y del yo, quedaría de la siguiente manera.

Piensan y actúan como el animal-humano

  • Aristóteles
  • Locke
  • Berkeley
  • Hume
Piensan y actúan racionalmente

  • Platón
  • Spinoza
  • Leibniz
  • Descartes

 

Kant

Das ich

das Ding für mich       das Ding an sich

La cosa para mi             La cosa en sí

Durkheim

El hecho social

Para Kant, el espacio y el tiempo son los escenarios de la acción, del movimiento. Si bien, no se trata de una subtancia es un modelo activo entre la relación de causa y efecto lo que lleva a la conciencia, la percecpción y el uso de la razón del animal-humano. Otro de los factores o elementos que tiene el animal humano y carece la IA es la moral, el acto moral o la ley moral. Así como de la libertad de decidir entre una posibilidad de causas y efectos, “Hume está convencido de que la razón sola no puede ser unca la causa de la acción. La moral no puede basarse únicamente en la razón, que es inerte; se requieren las pasiones para impulsar las acciones morales” (Bartra, 2007;207).

Uno de los ejemplos de las ciencias cognitivas en el tema del desarrollo de la moral es el ejercicio que desarrolla Piaget desde la década de los años 30. Pues por medio de experimentos de juegos de canicas en niños establece los niveles del desarrollo cognitivo “Un estadío es un modelo mental que se usa para entender, en el caso del juicio social, el mundo social. Es una perspectiva o punto de vista, un paradigma para comprender la realidad” (Arellano, T. Hall, 2012:25). Años después Kohlberg por medio de algunos experimentos llega a la conclución de que se llega al desarrollo moral por medio de estadios progresivos paulatinos y lineales, sin regreso a estadios pasados.

La conciencia es pues una articulación que se denota por medio de impulsos o pasiones, las cuales tienen que dar u ofrecer sentido para poder ser reproducidas. Para Rizzolati y Sinigaglia se trataría de las neuronas espejo, que son aquellas que se se interconectan al ejecutarse acciones que son copiadas de otros. Los ejercicios de Piaget y de Kohlberg son un buen ejemplo del desarrollo y la interacción de las neuronas espejo. Pero para que todo esto se lleve a cabo debe de detonarse una emoción social, como lo menciona Damasio en su teoría de la mente.

Conclusión: Efecto IA

El pensar, la inteligencia y la conciencia están mediadas por nuestro entorno. Así que es un término purista de decir o de reconocer a la Inteligencia Artificial como tal, no existe. No podemos, así como tampoco definir la inteligencia del animal-humano y no humano. Dentro del efecto IA ocurre eso, cada vez que se realiza un avance en el desarrollo de la IA, alguien dice que eso no es más que un cálculo, un algoritmo, cacharros electrónicos y un poco de matemáticas. Según el Teorema de Tesler, la IA es aquello que aún no se descubre. Haciendo así, que todos los avances de la IA sean usados y casi invisibilizados por otras disciplinas. La tecnofantasía en cuanto a la IA no es tán asombrosa como el uso del smartphone, tal vez por la carencia de desarrollo de sistemas de recompensa cerebal. No es lo mismo conocer un avance de IA lejano a mi, que saber que puedo hacer una transmisión en Facebook y que gracias a ello tendré visitas y comentarios. La forma en la que recibimos la estimulación puede o no detonar la segregación de neurotransmisores y algunas veces de miedo y paranóia.

Aunque tenemos que reconocer que el miedo y la paranóia surgen por el terror de ser suplantados por máquinas desarrolladas por el ser que actualmente es el más inteligente del planeta tierra, el Homo Sapiens Sapiens. El perder su lugar dentro de la cadena de la creación y el poder que conlleva, puede ser el principal temor por la IA y la principal causa de la negación del avance de la misma. No es la pérdida de la identidad o de ser sujeto, ni la compartición de los mismo niveles de abstracción o de inteligencia purista, es la pérdida de poder.

Bibliografía

Anderson, C.D The positive electron. Physical Rewiev, 1932

Arellano, J.S, T. Hall. Bioética de la biotecnología, Fontamara, 2012, México

Asimov, Issac Yo, robot, 1950

El hombre bicentenario y otras historias, 1976

Bartra, R. Antropología del cerebro, FCE, México 2007.

Castaingts, T. J. Antropología simbólica y neurociencia, Anthopos, 2011.

Damasio, A. The feeling of what happends: Body and emotion in the making of consciousness. Mariner Books, 2000.

Díaz, J.L. La conciencia viviente, FCE. 2007.

Helge, Kragh. Dirac: A scientific Biography. Cambrige University Press, 1990

Russel & Norving, Inteligencia Artificial. Un enfoque moderno. Pearson Prentice Hall, 2003.

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